Por Marta Reig González
Soraya escribe con la mirada puesta en el continente africano, en la fuerza transformadora de las mujeres y en las historias que quedan lejos del poder. Es directora del medio de comunicación África Mundi y periodista especializada en internacional. Con fuerza, precisión y empatía sus piezas abren un camino hacia la comprensión y el reconocimiento de realidades que, aunque estén distantes geográficamente, son cercanas. El periodismo ético se aleja de sesgos, aparta estereotipos y trabaja con respeto y sin jerarquía. Soraya es una periodista ética y nosotras tenemos la suerte de contar con su voz para aprender a mirar el mundo.
Eres politóloga de formación, con especialización en Derechos Humanos, Paz y desarrollo, así como en Comunicación y relaciones internacionales, ¿podrías hablarnos de cómo llegaste al periodismo?
No ha sido un camino fácil. La realidad es que empecé estudiando ADE, pero no me hizo falta ni un año para darme cuenta de que eso no era lo mío. Desde bien pequeña he escrito muchos borradores: poesías, dedicatorias, crónicas y alguna historieta. La comunicación escrita siempre ha estado presente de una forma u otra. Con los años me di cuenta que era una apasionada de las relaciones internacionales. Siempre con un ojo en el continente africano por mi familia en Marruecos. El Master en Comunicación y RRII fue el empujón final para entrar de lleno en el mundo del periodismo. Desde hace 3 años disfruto comunicando y haciendo periodismo sobre y desde África.
Diriges África Mundi, un medio especializado en el continente africano, puedes hablarnos sobre cómo nació este proyecto…
África Mundi nació de una idea de David, mi compi. Por aquel momento, en 2018, empezó la revolución de las newsletter, tanto en los medios generalistas como en medios especializados. África siempre ha sido la eterna silenciada, en los medios y en el estudio de la politología y las relaciones internacionales. David quería cubrir ese hueco. África Mundi nace de una inquietud tanto mediática como personal. Como periodistas, somos conscientes de que el orden internacional mira siempre hacia el Norte Global, y es fundamental que lo siga haciendo, pero no pueden ser los únicos protagonistas. El Sur Global, y en este caso África, no solo no se informa, sino que lo poco que sale en prensa es en su lado más oscuro. Es un continente diverso, lleno de oportunidades y liderazgo, sobre todo femenino. Hay que contarlo y contextualizarlo.
Hace poco publicaste, en Iguales & Diferentes, un reportaje titulado “El terremoto de Marruecos que no pudo con las vigas del machismo”, sobre los efectos que tuvo en las niñas y las mujeres del terremoto ocurrido en Marruecos el pasado septiembre, ¿cómo tratas las informaciones con consecuencias tan extremas para poder comunicar con empatía y alejándote de lo morboso?
Para alejarse de lo morboso hay que ser fiel a los hechos. Hay que informar con rigurosidad, con mucha descripción y, lo más importante, con el permiso del que es tan generoso con su historia. En general, cuando se trabaja en países considerados del “Tercer Mundo” o “subdesarrollados”, se peca de estereotipar y de buscar esas facetas que ya conocemos del continente africano. Con el fin principal de incentivarlas, no acabar con ellas. En Marruecos era fácil caer en la información de la tragedia y está claro que también fue una tragedia, pero no solo eso. También fue un episodio de solidaridad, de hermandad, empoderamiento femenino y mucha cooperación, sobre todo nacional y local. Eso también debe de salir en los medios de comunicación.
“Hay que informar con rigurosidad, con mucha descripción y, lo más importante, con el permiso del que es tan generoso con su historia”.
Tu trabajo se ha centrado también en consultoría política sobre cuestiones de género e igualdad, ¿de qué manera influye tu compromiso con la igualdad y con el antirracismo en tu forma de hacer periodismo e informar?
En este sentido, el lenguaje es vital para liderar o al menos, impregnar en mis textos un discurso antirracista y con perspectiva de género. Aun así, mi compromiso con la igualdad no solo se plantea desde el lenguaje sino también de los propios temas y perspectivas sobre los que escribo. Cuando hablamos de comunidades locales en África, debemos mirar a las mujeres también. La concepción general en Occidente es que los hombres son los líderes, los jefes y cuando se viaja a áfrica, muchos no dejan esos ojos occidentalizados en casa. Eso lo único que persigue es legitimar la perspectiva del hombre líder en África, aunque la realidad es que son las mujeres las que toman las riendas en las comunidades.
En tu trabajo como periodista, has podido entrevistar a mujeres muy relevantes en sus campos que a menudo en este país son desconocidas, ¿podrías hablarnos de alguna de ellas que te haya impactado especialmente?
Me maravilló hablar con Asha Ismail, keniata-somalí, víctima de la mutilación genital femenina y una de las mayores voces en la concienciación y erradicación de la práctica. Asha educa a otras mujeres, tanto en entornos susceptibles a la práctica como en escuelas públicas aquí en España. También me fascino hablar con Joyleen Tugeme, una guardabosques en el Parque Nacional de Virunga en Uganda. La joven es una líder tanto entre los gorilas del Parque Nacional como en su casa, donde habla con sus hijos sobre la importancia de cuidar el medio ambiente y los animales que lo componen. Es una mujer inspiradora.
¿Qué opinas sobre cómo se informa en España y Europa sobre las luchas, necesidades y reivindicaciones de las mujeres del continente africano?
Por lo general, España sigue teniendo una mirada discriminatoria sobre lo que ocurre en África. Aun así, tengo que destacar que el progreso de los últimos años ha sido sustancial y que no solo hay cada vez más piezas sobre y desde África en medios generalistas españoles, sino que también son piezas con perspectivas africanistas o escritas por periodistas o comunicadores afro descendientes. Esto no quita que haya medios y perfiles que desde hace años trabajan con una mirada sosegada y nada eclipsada por el estereotipo. Algunos ejemplos son la sección de Planeta Futuro de El País o la revista Mundo Negro. Aún así, sobre las necesidades de las mujeres africanas tampoco existe una información clara y veraz. Debemos de primero entender cuáles son esas necesidades para informar sobre ellas. En ocasiones se pone el foco, por ejemplo, en cómo la mujer africana lidera los movimientos feministas o como la mujer árabe no puede liderarlo si lleva un hiyab o es musulmana. Hay que cuidar los detalles y contextualizar. Sobre todo, contextualizar.
¿Qué recomendaciones podrías hacer a nuestras lectoras para informarse sobre la actualidad africana en profundidad y sin estereotipos?
Dos consejos principales. El primero, intentar en la medida de lo posible consultar fuentes locales. Leer la prensa del propio país o región, sobre todo en Marruecos, Senegal, Nigeria o Kenia, donde los focos de información son más accesibles. El segundo consejo es que no nos dejemos llevar por los titulares y, que en la medida de lo posible, complementemos los textos con una investigación personal. Es decir, si estamos leyendo sobre el conflicto en la región del Tigray en Etiopía debemos de también entender quiénes son las partes involucradas y cuál ha sido su posición en los últimos años. Lo mismo con los golpes de Estado. Es fundamental profundizar e ir más allá, sobre todo cuando estamos detectando que las enormes épocas coloniales han dejado un legado que ahora, está alentando esa inestabilidad política y militar.
Este mes, de lucha por la erradicación de las violencias contra las mujeres, preguntamos a todas nuestras entrevistadas sobre cómo debería informarse sobre violencia machista en los medios de comunicación, ¿cómo debería hacer y qué crees que es mejorable?
Recojo el cable de lo que me preguntabas más arriba. Hay que informar desde la realidad, no estereotipada. Además, creo que los propios estereotipos legitiman que mujeres que también están siendo violadas o violentadas pero que no se identifican con los perfiles de las víctimas (clases medias-bajas o desempleadas) no denuncien sus casos. Es un flaco favor para el progreso hacia la igualdad. Como periodistas, creo que también debemos de acercarnos a esos círculos de poder donde nunca se pone el ojo. Seguramente podamos contribuir a la eliminación de ese gato que se muerde la cola.
¿Hay algún tema que tengas en la cabeza sobre el que te gustaría trabajar o sobre el que creas que no se ha hecho una información profunda en los medios?
Hay varios temas que me parecen interesantes y que creo que, en algún momento u otro, investigaré. Ahora, hay uno que me preocupa especialmente porque se está legitimando, tanto en lo social como en lo económico. Hablo del tabú alrededor de la menstruación. En India es tan grave que las adolescentes no saben lo que es el proceso menstrual cuando ya les ha bajado. En algunos países africanos ya han movimientos independientes, liderados por mujeres, que están concienciando a la población. Sobre esto último también se debe de hablar.