Enhorabuena por su reelección. ¿Cuáles cree que son los motivos de que en su pueblo haya ganado la izquierda mientras observamos un avance de la ultraderecha en nuestro país y fuera de él?
Creo que el tsunami que está pasando a los pueblos pequeños quizá no llegue tanto. En las Elecciones Generales volverá a ver mucho voto de derechas, sin embargo, en las locales se valora más la actitud y el trabajo que se haya hecho.
La inversión en servicios públicos ha sido muy importante durante vuestra anterior legislatura, ¿qué medidas sociales se han llevado a cabo en relación a la igualdad?
Nuestro ayuntamiento está gobernado por mujeres, tanto la concejala, como la auxiliar, la bibliotecaria, las dos encargadas de la guardería y el servicio de limpieza. Además, todos los años hacemos un taller de empleo que acoge a mujeres. La política de empleo para mujeres es lo que más tengo en cuenta. También trabajamos sobre el cuidado y la conciliación, para que las mujeres tengan tiempo libre. Este año estamos trabajando en el refuerzo escolar, para que las madres, -porque siempre son las madres las que se encargan de que los niños hagan los deberes-, tengan tiempo.
En esa línea, dado que el ayuntamiento está conformado en su mayoría por mujeres, ¿cree que hay una mejor disposición para detectar las necesidades de las mujeres del ámbito rural?
Sí, por ejemplo, sabemos que el empleo es la base para que las mujeres se puedan quedar en el medio rural. La España vaciada está muy ligada a las mujeres, las familias se quedan a vivir donde trabaja la mujer, porque ella lleva el peso de la casa. En las zonas más vaciadas o despobladas hay que crear empleo, es la base, y mucho empleo femenino. Yo, como he sido matrona, he visto que las mujeres que se quedan embarazadas son generalmente las que tienen trabajo. Cuando tienen resuelta su vida profesional se pueden quedar embarazadas. Esta es una percepción mía.
“El empleo es la base para que las mujeres se puedan quedar en el medio rural”.
¿Qué necesidades observa en relación a la violencia contra las mujeres o las agresiones?
En nuestro pueblo, no ha habido denuncias, como tampoco se percibe, o al menos eso es lo que parece, violencia sexual entre los jóvenes. El año pasado, con motivo de las fiestas hicimos una pulsera de concienciación sobre violencia sexual y la repartimos. Las y los jóvenes se la pusieron. La detección es difícil.
¿En los servicios de salud existe algún sistema de detección que facilite reconocer los casos de violencia?
En la atención primaria en salud sí los hay. Desde el embarazo tenemos que preguntarles a las mujeres sobre esto y también en el posparto. El año pasado que tuve una paciente que sufría violencia y lo detecté. Ella quería una casa y hablé con el concejal del Ayuntamiento de Benavente. En el ayuntamiento de San Cristóbal, estamos en contacto con las asistentes sociales de los Centros de Atención Social de la Diputación y con el Ayuntamiento de Benavente, que tienen más medios y un Área de Igualdad.
¿Qué acciones habéis llevado a cabo, desde el Ayuntamiento, en materia de concienciación?
El primer año hicimos una pancarta muy grande y la pusimos en el pueblo, colocamos una mariposa recordando a las hermanas Mirabal. También hicimos un mural del lavadero, para agradecer a nuestras madres el esfuerzo y el empeño que pusieron para que nosotras, la siguiente generación, fuera a la universidad. El lavadero, ya no existe, pero quedaban fotos de recuerdo. El lema que tenemos en el pueblo es: “Todo un pueblo contra de la violencia de género”. Además, pintamos tres bancos de morado y otro con los colores de la bandera LGTBI. Son cosas que están visibles para todos, todos los días. Los jóvenes aplaudieron el gesto redes. En nuestro pueblo nunca se había visto una bandera de ese tipo. Por eso, estas cosas tienen su valor. La ayuda que recibimos es pequeña y eso quiere decir que no podemos hacer grandes cosas, pero sí visibilizar. Es una manera de decir: esto existe y puede estar existiendo aquí, en San Cristóbal.
Es importante la representación…
Sí, sobre todo en un pueblo pequeño. Porque en Madrid hay muchas banderas, pero en un pueblo pequeño pintar un banco morado o con la bandera LGTBI, no es tan sencillo.
Si pensamos en el futuro de la política nacional, ¿qué preocupaciones le genera que se pueda formar un Gobierno con la derecha y la ultraderecha?
Pienso que se retrocedería en políticas de igualdad. Creo que las dos áreas que más sufrirían son el medio ambiente y la igualdad. Si ganan se van a se van a perder derechos. A mí lo que más me preocupa siempre es la educación, lo que puedan cambiar la escuela, y los medios de comunicación, porque mucha gente se informa a través de la televisión. Habrá que seguir trabajando, en la medida que podamos, y seguir para adelante. Pero, desde luego, yo creo que vamos a retroceder. Si duran mucho volveremos a tener más asesinatos, más violencia, incluso puede que esté más acallada, porque las mujeres no tendrán un gobierno las respalde. Estoy convencida que los derechos que cuesta mucho ganar se pierden en poco tiempo.
“Estoy convencida que los derechos que cuesta mucho ganar se pierden en poco tiempo.”
Por contraste a este futuro oscuro para la igualdad, ¿qué tipo de sociedad le gustaría ver durante la próxima década en nuestro país?
Por contraste, me gustaría que se que se siguiera avanzando en políticas de igualdad que se siguiera sobre todo educando a los a las a las niñas y a los niños. Las mujeres son las que se hacen cargo de los cuidados de toda la familia, en eso todavía tenemos que seguir avanzando. Si ahí no hay igualdad es imposible que tengamos cargos de poder. Por ejemplo, trabajar en un ayuntamiento lleva mucho tiempo, vas de arriba abajo, tienes que hacer campaña, y alguien tiene que hacer el trabajo de la casa. Y, en el área rural necesitamos, principalmente, trabajo. Las mujeres y los hombres mejor formados se van. Formamos en el medio rural, hacemos el esfuerzo las familias, para que se vayan a las ciudades. En los pueblos que son ganaderos, necesitamos cambios que se vayan produciendo poco a poco, sin ahogar a los agricultores, y buenos servicios públicos para que las personas se queden. En nuestra zona tenemos mucho déficit en sanidad. La atención primaria se ha descuidado muchísimo.
¿Qué consecuencias tiene el deterioro de la Sanidad Pública en las zonas rurales o vaciadas?
Como son zonas despobladas, no asignan personal médico. Hay que tener en cuenta que los pueblos que tienen 200 habitantes son residencias. Hay gente polimedicada, con patologías, gente mayor. Si se exige que haya un médico en una residencia con 50 personas, en un pueblo tiene que haber uno. Yo siempre digo que tenemos que ser ambiciosos en las infraestructuras: tenemos tres niños, pues se merecen un buen parque; tenemos 5 o 6 jóvenes, pues se merecen un campo de fútbol. Parece que como somos pocos y somos pobres no tenemos que tener bunas infraestructuras. El pueblo tiene que mantenerse en buenas condiciones.
Ha hablado de la capacidad de la política para ofrecer condiciones dignas a las personas, ¿fue esa su motivación para entrar en la política?
A mí la política siempre me interesó. Echo la vista atrás y me veo leyendo las primeras ediciones de El País con 17 años. Cuando volví al pueblo y llevé a mi hija, que entonces tenía nueve años, a la escuela, me di cuenta de que estaba igual que cuando yo había estudiado. Yo, incluso, había tenido un mejor parque cuando era niña. Vi esas necesidades que tenían los niños y me impliqué cuando mis hijas fueron un poco mayores.
¿Cómo fue el inicio de su carrera política?
Fue muy complicado entrar. Estuve ocho años en la oposición, perdí dos legislaturas. Era muy difícil entrar en los círculos de los hombres. A mí me conocían muchas mujeres porque las atendía en el Centro de Salud, pero era un ambiente muy masculino, era difícil de entrar ahí y hacerte conocer.
¿Ha experimentado discriminación o actitudes machistas durante tu vida política?
Todavía noto muchas actitudes machistas. El teniente de alcalde es un hombre y, cuando tenemos una reunión con alguien que quiere reunirse con nosotros, se dirigen a él y no a mí que soy la alcaldesa. Yo les dejo que hablen y cuando hablo se dan cuenta.
¿Cree que son importantes los referentes femeninos en política, tanto local como nacional?
Claro, las niñas que tenían 10 años cuando yo empecé, pueden tener ahora 22 años. Yo ya he sido para ella una referencia. Antes, casi todos los años llevaba a niños al ayuntamiento para explicarles qué era lo que hacíamos y, la primera vez, les propuse que se subieran conmigo a Salón de Plenos para que hicieran propuestas como los concejales. Solo subieron niños. Las niñas se quedaron sentadas y una dijo: “es que no hay niñas”. Está claro los referentes siguen siendo masculinos y eso no pasa en balde.
Si tuviera que explicar qué es la política y qué puede hacer, ¿cómo lo haría?
La política tiene la cualidad de poder cambiar las cosas. Eso genera bienestar. Por ejemplo, cuando llegué a la alcaldía, el 60% del agua que entraba en el pueblo se perdía porque había tuberías malísimas. Durante estos 12 años, hemos cambiado metros y metros de tubería y, ahora que hay poca agua por la sequía, ese problema está resuelto. Es una satisfacción. La política local es muy palpable. Otra cosa que hicimos con una subvención de la diputación fue un acuerdo con una empresa para que a la gente mayor se le sirviera la comida de mediodía a domicilio. El médico que estaba en aquel momento me dijo: “es lo mejor que has hecho, no sabes cuántos hombres estaban comiendo latas”. Ahora la gente que está sola y se va haciendo mayor, se apunta. Es algo que funciona.
Eso genera satisfacción…
Sí. Aunque también hay cosas que no salen, porque la vida es así. Si tú no haces política, la política la van a hacer por ti. Todo es política. Yo sigo sin entender cómo hay gente que desprecia votar y cómo hay gente que desprecia la política. Para gobernar tienes que tener una idea del pueblo, de lo que se puede hacer y de cómo puede mejorar sí la vida.
“Nosotras tenemos una visión más amplia, nos fijamos más.”
¿Qué diría a las mujeres jóvenes para que entren en política?
Yo animaría a las mujeres a que entren en política. Cuando llegué a la alcaldía, a los pocos meses, un aguacil me dijo: “tú eres como mi mujer, lo ves todo”. Nosotras tenemos una visión más amplia, nos fijamos más. Tenemos que estar ahí, pero lo repito: para que nosotras podamos salir de la cocina ellos tienen que entrar, si no es un sacrificio tremendo.