La industria de la belleza y del culto al cuerpo llegan a las preadolescentes: rutinas imposibles de skincare y trastornos alimenticios ya no son novedad
Estar siempre perfectas se ha convertido en una imposición que llega incluso a las edades más tempranas. No es raro que a una niña reciba por Navidad un kit de maquillaje equipado con paleta de sombras, colorete y pintalabios de colores, cuanto menos, extravagantes. Un regalo que por muy adaptado a su edad que esté, condicionará aspectos de su niñez que marcarán su adolescencia. Tampoco lo es que veamos a jóvenes que no superan los 12 años comprando productos para pieles maduras. Ni que la edad a la que se diagnostica un trastorno alimenticio haya disminuido hasta llegar incluso, en los casos más extremos, a los 9 años.
Los pasillos de la sección de dermocosmética se llenan de jóvenes clientas
Las redes sociales y las influencers cuyas seguidoras son en realidad preadolescentes en plena pubertad son la combinación perfecta para que las perfumerías que venden una gran variedad de productos cosméticos estén repletas de clientas cuya edad se ve cada vez más reducida. El acné es un gran enemigo y atajarlo de forma fácil y rápida es un reclamo que en muchas ocasiones se confunde con otros productos con compuestos, ácidos y fórmulas.
Si estos compuestos se usan de forma inadecuada, a la vez o a la luz del día en vez de por la noche, pueden producir irritaciones, eccemas y reacciones alérgicas, entre otros problemas dermatológicos.
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La adicción a los cosméticos tiene nombre
La cosmeticorexia se conoce como la adicción a la compra de cosméticos y activos antiedad. Los casos de mujeres que siguen esta práctica compulsiva se multiplican, sobre todo entre las menores de 18 años. Aunque la cosmeticorexia puede afectar a cualquier persona, los adolescentes son el grupo más vulnerable y expuesto a las redes sociales donde comienzan a imitar rutinas de belleza con activos cuyo uso debería estar supervisado por un experto de la piel.
Los productos antiedad no han sido creados para pieles adolescentes
Es a partir de los 25 años cuando la piel empieza a perder colágeno de forma paulatina debido a una reducción de la producción de este. Es por ello por lo que usar productos con compuestos como los retinoides no son recomendables en edades poco avanzadas puesto que, según los dermatólogos no están preparadas para soportar sus propiedades y lo único que necesitan es una buena hidratación y no una rutina de skincare diaria de más de cinco pasos dos veces al día.
La belleza, la nueva domesticación de la mujer sea cual sea su edad
Fue Naomi Wolf quien en su libro “El mito de la belleza” reflexionaba, apoyándose en distintos estudios e investigaciones, sobre la relación entre la liberación femenina, el avance de las mujeres y la exigencia de ideales de belleza cada vez más inalcanzables. Un mito de belleza que oprime y encorseta a las mujeres en todas las esferas y sea cual sea su edad dando lugar a formas de violencia hacia todas aquellas que no responden a los cánones patriarcales impuestos por el sistema. ¿Necesidad o simple imposición? El debate está servido.
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Retoques y cirugías en auge entre las menores
Las intervenciones estéticas en menores están en auge para cumplir con los cánones de belleza amplificados por las redes sociales pese a los riesgos psíquicos y físicos que pueden implicar. Retoques y cirugías realizadas con una simple autorización paterna pero a menudo valoradas por el comercial de una clínica privada y no por el médico en un primer momento.
El término «violencia estética» comienza a extenderse para referirse a la presión social que se ejerce en las mujeres para que cumplan los cánones de belleza y que discrimina a aquellas que no satisfacen las expectativas.
Fue el propio Ministerio de Igualdad quien tras conocer la problemática impulsó la campaña ‘Soy real, soy auténtica’destinada a sensibilizar sobre los estereotipos de género basados en los modelos de belleza que presionan a las mujeres y que pueden llevar a la violencia estética en su manifestación más extrema.
La otra cara de la moneda, los trastornos de la conducta alimentaria proliferan en las niñas
La pandemia disparó los casos de trastornos alimenticios como la anorexia y la bulimia, así como una disminución de la edad a la que comienzan a aparecer estos trastornos, que afectan sobre todo a jóvenes, adolescentes y niñas. Para la Associació contra l’Anorèxia i la Bulímia de Catalunya (ACAB) ser mujer de entre 12 y 25 años es un factor de riesgo, pero la edad de inicio es cada vez menor, llegando a casos incluso por debajo de los 10 años. El uso de las redes sociales se asocia con mayor probabilidad de presentar estos comportamientos, sobre todo en redes sociales donde la imagen es la prioridad, como Instagram y TikTok.
La cultura de la imagen que ha homogenizado el ideal de belleza y los cánones estéticos y se difunde mediante redes sociales origina problemas de salud que antes eran más propios de la adolescencia llegando también a la preadolescencia.