Con los resultados de las elecciones del 23 de julio de 2023 en España muchas mujeres pudieron respirar porque sus derechos, por los que lucharon durante tanto tiempo, no desaparecerían de golpe. También lo hicieron personas diversas, LGTBIQ+, inmigrantes, perseguidas política y un largo etcétera. La ultraderecha ha perdido un porcentaje muy significativo de escaños y es el mayor de los triunfos. Ello demuestra, además, la existencia de una ciudadanía con conciencia, orgullosa de los avances del feminismo y de los derechos humanos.
Muchas mujeres tenían miedo, por ellas y por sus hijas e hijos. Reconocer ese miedo es importante porque visibiliza la violencia política. En ningún caso una democracia debería permitir que un partido político diga que si llega al gobierno pondrá fin a toda la legislación de género. La igualdad está reconocida por la Constitución, y la legislación posterior que contribuye a poner esa igualdad en el centro de los derechos humanos es legítima e imprescindible. Negar la necesidad de leyes que sancionan las violencias contra las mujeres es muy grave, especialmente cuando tantas mujeres son asesinadas en España y en el mundo entero, cuando las agresiones sexuales son una dolorosa realidad, cuando el acoso sexual y sexista impide que se avance en el ámbito laboral y personal, entre muchas otras violencias.
Por otro lado, los ataques de la ultraderecha a colectivos LGTBIQ+, inmigrantes, y otros, ha sido vergonzosa y ha cuestionado derechos fundamentales. La libertad se construye cada día con responsabilidad y con respeto hacia la igualdad entre mujeres y hombres y a la diversidad.
Una sociedad diversa es lo natural en una democracia consolidada y adulta, que no teme a las diferencias sino que las integra para mejorar las relaciones humanas y construir una cultura de paz. La ciudadanía es aquella que tiene la suficiente formación política para no dejarse atrapar por los discursos demagógicos que generan miedo a la diferencia. Queda camino por recorrer, pero la ciudadanía española es una realidad y un orgullo.