La neurocientífica Susanna Carmona Cañabate, lidera el estudio del equipo de investigación Neuromaternal del Hospital Gregorio Marañón, en el cual descubren cambios anatómicos en el cerebro de las mujeres durante el embarazo, parto y posparto.
“Embarazo, parto y posparto son procesos que, pese a que suelen ocurrir de forma conjunta, conllevan cambios hormonales, inmunológicos y ambientales muy diferentes. Este estudio nos ha permitido identificar que estos tres procesos también se caracterizan por mecanismos de neuroplasticidad diferentes, y que es necesario evaluar cómo cada uno de ellos esculpe de forma diferencial el cerebro materno”, explica Carmona Cañabate.
En el estudio, que ha sido publicado en la revista Nature Neuroscience, participan un 79% de mujeres que dieron a luz por parto vaginal, un 11% por cesárea de emergencia y un 10% mediante cesárea programada. El equipo observó que los cambios que suceden entre el tercer trimestre de embarazo y el primer mes de posparto son diferentes en función del tipo de parto. Las mujeres que tuvieron una cesárea programada mostraban unos cambios cerebrales diferentes a los observados en mujeres que tuvieron un parto vaginal o una cesárea de emergencia tras trabajo de parto. Esto sugiere, según la neurocientífica de Neuromaternal, que el trabajo de parto, independientemente de si este acaba en cesárea o parto vaginal, influye en la neuroplasticidad materna.
“Embarazo, parto y posparto se caracterizan por mecanismos de neuroplasticidad diferentes es necesario evaluar cómo cada uno de ellos esculpe de forma diferencial el cerebro materno”
A nivel neuropsicológico también comprobaron que cuanta más ansiedad tiene la madre durante el embarazo, peor experiencia de parto; que una peor experiencia de parto se asocia con mayor estrés durante el posparto, y este a su vez, se asocia a más síntomas de depresión y peor vínculo con el bebé.
Según Susanna Carmona, pese a que la gestación se presenta como un período neuroplástico singular en la vida adulta, en pleno siglo XXI se sabe más del universo que de lo que sucede en el cerebro de una mujer durante el embarazo y la maternidad. “El primer estudio científico sobre el tema se publicó hace solo seis años. En él demostramos que la anatomía del cerebro de las madres a los tres meses posparto es diferente de la que tenían antes de quedarse embarazada por primera vez. En concreto observamos cambios en una red cerebral implicada en la percepción del yo y la cognición social, la famosa Red por Defecto”, añade.
También observaron que cuanto más cambia el cerebro, mejor es el vínculo entre la madre y el hijo. Desde entonces, el grupo de investigación Neuromaternal ha seguido profundizando en el estudio del cerebro maternal demostrando que los cambios persisten, al menos, hasta los seis años posparto, y son anatómicamente similares a los que ocurren durante la adolescencia, reforzando la idea de matrescencia.
La doctora María del Mar Sánchez, destaca la necesidad de “alzar la voz” en relación a los opioides-mujeres
El consumo de fármacos analgésicos opioides con receta en España se elevó en 2021 hasta 21,1 dosis diarias por cada 1.000 habitantes, lo que supone un incremento de más del 100 por ciento respecto a 2010 (9,9 dosis), según datos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps).
Las y los expertos españoles en Patología Dual han resaltado el riesgo de adicción por un consumo inadecuado de estos fármacos al que se exponen, de forma especial, las mujeres. Según el documento “Dolor crónico: consecuencias en la salud de las mujeres”, elaborado por el Instituto Andaluz de la Mujer, en España se estima que el dolor crónico afecta a un 24 por ciento de las mujeres frente al 10 por ciento de los hombres.
La doctora María del Mar Sánchez, de la Unidad de Conductas Adictivas del Servicio de Psiquiatría del Hospital General Universitario de Ciudad Real, destaca la necesidad de “alzar la voz” en relación a los opioides-mujeres. Subraya que la “La principal indicación de estos fármacos es el dolor crónico y este se da más en mujeres. A más consumo, más riesgo de consumo perjudicial y, por ende, más riesgo de adicción”.
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