El término genealogía, etimológicamente, procede del latín tardío ‘genealogĭa’, y este del griego ‘γενεαλογία’ (genealogía) y está compuesto por los vocablos ‘genos, genea’ que significa unidad, nacimiento, generación, ascendencia y descendencia y ‘logos’ que significa ciencia, o estudio. Por tanto, el concepto de genealogía feministahacer referencia al origen a las precedentes de algo, en este caso, el feminismo.
Christine de Pizan, María de Zayas, Olympe de Gouges, Mary Wollstonecraft, Sojouner Truth, Harriet Taylor Mill, Emmeline Pankhurst, Flora Tristán, Clara Zetkin, Alexandra Kollontai, Emma Goldman, Simone de Beauvoir, Betty Friedan, bell Hooks, Sulamith Firestone, Kate Millet, Ángela Davis, Susan Brownmiller, Carol Pateman, Nancy Fraser, Concepción Arenal, Carmen de Burgos, Emilia Pardo Bazán, María de Maeztu, Dolores Alieni i Riera, Clara Campoamor, Concha Espina, Maruja Mallo, María Zambrano, Josefina de la Torre, María Teresa León, Dolores Ibárruri, Dolors Calvet Puig, Ana María Ruiz Tagle, Marcela Lagarde, Alicia Puleo, Celia Amorós, Ana María Pérez del Campo…
La genealogía feminista es la recuperación de la memoria histórica de las mujeres, de sus actos y de su contribución a los feminismos y a la historia. Es el estudio, el reconocimiento y la visibilización de sus aportaciones, conocimientos y prácticas, así como de sus realidades, perspectivas y experiencias con el objetivo de recuperarlas, repensarlas e incorporarlas al concepto de universal para que verdaderamente responda a su significado.
El feminismo como movimiento y teoría crítica, consciente y colectiva ha revisado todas las disciplinas académicas; de la filosofía a la sociología, pasando por la economía, la literatura, las matemáticas, la medicina o las disciplinas artísticas, entre otras, con el objetivo de recuperar los conocimientos, prácticas y figuras de mujeres en todas ellas y, de esta forma, repensar la historia y completarla.
Continuar la lucha no es lo mismo que empezarla. La separación, el olvido y la individualidad siempre van a ser herramientas a favor del patriarcado por eso recuperar una genealogía feminista es el ejemplo más claro de rebeldía.
Hacer visible lo invisible, recuperando y reconociendo las aportaciones, conocimientos y realidades de las mujeres a través de una genealogía feminista es imprescindible para transformar imaginarios y avanzar hacia la igualdad efectiva de mujeres y hombres. Recuperar los nombres y la memoria de las mujeres es justicia social.