Mujeres en la Ciencia: referentas intrépidas para las niñas
Historia sesgada y conocimiento androcéntrico
“¿Cuestionó la filosofía el mito de que los hombres eran superiores a las mujeres, de la importancia masculina y la insignificancia femenina? En principio, más que nada, parece que los filósofos se limitaron a dar las gracias por no haber nacido mujeres. Luego se dedicaron a explicar que lo patriarcal es racional”, se pregunta Ana de Miguel en Ética para Celia. El imaginario en torno a quién hace ciencia es androcéntrico, pensamos en un científico blanco, un informático blanco, pensamos en un inventor, un matemático.
Que a las mujeres se nos haya prohibido -en el pasado y en el presenteestudiar en las universidades, practicar la medicina o ir a la escuela, no es casual, nace de los pactos entre varones para mantener a las mujeres en una subordinación eterna y adaptable. En España, hasta 1910 las mujeres no pudieron matricularse en la universidad, hoy en Afganistán, no pueden. Las mujeres podríamos hacer un himno para preguntarnos por qué dan tanto miedo nuestras mentes y estaríamos dando en la diana.
Con la idea de que las mujeres somos solo una anécdota en el relato, sino que somos parte fundamental de la historia, la Catedrática Margarita Sánchez, ha hecho una revisión de la prehistoria en su ensayo Prehistorias de mujeres, para relatar la historia de manera que las mujeres no seamos representadas como la anécdota sino como sujetos activos en la sociedad. Aquí hacemos un breve repaso de algunas de las científicas más relevantes, con la ayuda del libro Mujeres de Ciencia: 50 intrépidas
pioneras que cambiaron en el mundo, de Rachel Ignotofsky, y hablamos con dos investigadoras jóvenes que nos permiten mirar dentro de la ciencia hecha por mujeres con sus avances y sus obstáculos.