Que no se muera lo que nuestros antepasados lucharon tanto por tener
(Lurdes, presidenta de la Asociación de Mujeres del Rural de Entrimo)
Las mujeres de la Asociación del Rural de Entrimo se unen para cosechar un rural en femenino.
En el rural, acusado de ser la España vaciada, todavía quedan algunos núcleos poblacionales que luchan por recuperar la vida en las aldeas. En algunos de ellos, escasos y masculinizados, las mujeres han ido alzando sus voces y uniéndose poco a poco y casi de forma natural y accidentada para llegar a muchas otras, que, sin saberlo, las necesitaban. El estigma de la competitividad entre mujeres, los trabajos domésticos o las labores más minuciosas ya no son la identidad del rural. A pesar de que los datos del Padrón continuo del INE recogen que, por cada 100 mujeres nacidas en un municipio rural, 32,8 se han marchado a entornos urbanos, frente a un 27,7 de hombres, actualmente se trata de revertir esta situación. Lurdes Pires, presidenta de la Asociación de Mulleres do Rural de Entrimo, retrata esta nueva realidad.
¿Cuándo y por qué nace este proyecto?
La asociación empezó en el año 2007 cuando FADEMUR, Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales, vino a impartir un curso de cocina y entramos en contacto con ellas. Hablamos de mujeres de muchos pueblos como Illa o Bouzadrago. En 2008 se registró de forma oficial y lo primero que hicimos fue recuperar los trajes típicos del Entroido de la zona. Las Madamitas y los Madamitos de Entrimo.
¿Quién conforma la asociación y cómo se impulsó su desarrollo?
Hoy somos unas 140 socias aproximadamente. No solo de Baixa Limia, sino también de otras zonas como O Ribeiro, en Portugal. La mayoría de las socias tenemos entre 50 y 60 años, pero estamos abiertas a que en algún momento se unan mujeres más jóvenes. A la hora de impulsarla se hizo con mucha voluntad. La sacamos hacia delante con pequeñas subvenciones del ayuntamiento y con las ayudas que nosotras mismas aportamos.
¿Cuáles son las principales actividades que lleváis a cabo?
Organizamos cursos de primeros auxilios, cocina, actividades culturales… Impulsamos mucho los trajes típicos de carnaval y la recuperación de los mecos – Una medida que sirvió de referente para que otros pueblos hiciesen lo mismo- para reavivar la tradición, participamos en el desfile de los Entroidos tradicionais de Galicia, en la Plaza del Obradoiro. Además, hacemos talleres de teatro benéficos con el grupo Fiadeiro. También hacemos campañas solidarias como la colaboración con Valencia por los afectados por la DANA o ahora, la ayuda a los incendios que asolan la provincia de Ourense.
Con orgullo, Lurdes cuenta cómo desde la asociación ayudan a la integración de todas las personas inmigrantes en el rural. Aprovechando la diversidad existente en Entrimo, se organizan en la biblioteca, cedida por el ayuntamiento, clases de francés con profesoras voluntarias nativas y próximamente intentarán añadir clases de inglés.
¿Y cómo se compagina todo esto con la vida personal?
Con voluntad siempre se puede. Lo único que no hago es barrer mi propia casa.
En la actualidad, ¿cuál es el principal reto de las mujeres en el rural?
Seguimos luchando contra la desigualdad porque asumimos cuidados dentro y fuera de casa. Además, la gente es reacia a unirse a la asociación, tiene miedo a dar pasos, pero solo se trata de pensar en lo que hace falta. No pedimos nada más.
¿Qué apoyos y recursos se necesitan?
El apoyo del ayuntamiento es muy pequeño y a veces las trabas burocráticas impiden que lleguen más ayudas. Lo que más necesitamos es un local social donde poder reunirnos todas. Ahora estamos intentando conseguir recursos para recuperar fuentes, pozas y hornos que están abandonados. Especialmente en un momento donde el agua es un bien fundamental con tantos incendios.
¿Considera que la percepción sobre el papel de la mujer en el rural ha cambiado?
Sí, ha cambiado muchísimo. Ahora hay otra mentalidad. Gracias a la asociación, mucha gente está reflexionando, incluso cambiando sus preferencias políticas. Lo importante es hablar cara a cara; ahí la percepción cambia.
¿Qué significa para usted ser presidenta de la asociación? ¿Cómo salió elegida?
A mí en realidad me escogieron porque la gente no quiere problemas y le tiene miedo al cargo. Aun así, yo me siento orgullosa de tener esta oportunidad, aunque siempre exista alguien que critique.
¿Cómo promovería el rural para que sea atractivo hoy para las mujeres?
Hay que crear medios de vida aquí y transmitir que el rural tiene futuro. Si una persona tiene amor por su pueblo, puede hacer muchas cosas.
¿Qué mensaje les enviarías a las mujeres del rural gallego?
Que se unan, que luchen para no dejar morir lo que nuestros antepasados consiguieron con tanto esfuerzo. Que no tengan miedo a dar pasos, porque siempre se puede hacer algo si hay voluntad.