Que qué más queremos, dicen.
Queremos no tener miedo nunca más, que nuestra identidad no moleste. Queremos no retroceder en los derechos conseguidos y conquistar aquellos que faltan, aquí y en todos los lugares del mundo. Que no seamos ilegales para nadie.
También queremos ocupar espacios, que nuestra identidad política llegue a todo, que tengamos y seamos referentes. ¿Por qué? Pues porque existimos y queremos ser visibles.
Queremos no ocultar quiénes somos cuando pasamos delante de un grupo de machitos y resignificar todo el lenguaje construido para humillarnos. Queremos erradicar las palizas, las extorsiones en redes, los insultos, las bromas, los suicidios, los asesinatos. Y también la fobia revestida de falsa aceptación individualista que nos rodea en la actualidad.
Queremos que nuestra identidad no se quede en nuestras casas ni en nuestras camas. No es amor, soy yo.
Queremos no escondernos más en el trabajo y dejar ya el discurso de la intimidad de una vez por todas.
Queremos ser, y hasta que no nos dejéis ser, habrá Orgullo. Feliz y combativo 28J.