Este mes queremos visualizar la menopausia, una etapa que acompaña a las mujeres aproximadamente un tercio de su existencia. Pese a ello, como señala la médica Carmen Valls Llobet, la medicina hasta 1990 dijo que: “esos síntomas no tenían importancia y que las mujeres debían aguantarse porque ya pasaría”.
La menopausia es el cese de la menstruación. Se produce cuando el ovario deja de ovular y de producir progesterona y, años más tarde, estrógenos. “Igual que la menstruación no había existido de forma clara para la medicina, la investigación de lo que ocurre realmente cinco o diez años antes del cese de la menstruación o dos años después de su desaparición ha permanecido ausente o sus resultados invisibles o desconocidos para la mayoría de los profesionales”, escribe Carmen Valls Llobet en su libro Mujeres invisibles para la medicina. Valls Llobet es especialista en endocrinología y medicina con perspectiva de género.
La ginecóloga Lorena Serrano, autora del libro Conócete bien, cuídate mejor, dice en una entrevista para EFE que “hay mucho desconocimiento sobre la menopausia, hay que hacer que sus síntomas no varíen la calidad de vida de las mujeres; no tenemos por qué sufrir sofocos, sequedad vaginal o limitar las relaciones sexuales”. Además, advierte que “Detrás de los “síntomas típicos” puede haber problemas cardiovasculares, de osteoporosis o de vitamina D causados por el descenso de estrógenos”.
Mientras, Llobet destaca que solo la sequedad vaginal y las sofocaciones se pueden relacionar con la falta de menstruación. Los demás problemas de salud son los que se derivan de vivir más
de 50 años.
En junio de 2005 la Agencia Internacional para la Investigación del cáncer (IARC) de la OMS clasificó la anticoncepción hormonal y la THS en la menopausia como carcinógenos en seres humanos. Sobre la Terapia Hormonal Sustitutiva (THS), Valls Llobet escribe que si la mujer “recibe hormonas de tipo estrogénico es normal que acumule grasa y engorde. (…) Eso no quiere decir que no se
puedan utilizar en algunos casos y en dosis bajas, pero sí que debe estar atenta a los posibles efectos secundarios, para detectarlos a tiempo y no crear más sensación de culpa”.
Sin embargo, Lorena Serrano afirma que las mujeres “sin contraindicaciones claras” tienen que perder el miedo a la terapia hormonal, pues estima que los beneficios de su uso superan a los riesgos.