El régimen talibán de Afganistán anunció el 20 de diciembre de 2022 que las mujeres afganas no podrían estudiar en la universidad hasta nuevo aviso. A pesar de las promesas sobre la protección de los derechos de las mujeres y las niñas, que hizo el gobierno talibán cuando tomó el poder en agosto de 2021 para ganarse la aceptación internacional, a día de hoy imponen cada vez más restricciones a las mujeres en el acceso a la educación y al trabajo.
Se prohíbe a las mujeres volver a ocupar cargos públicos y utilizar instalaciones públicas como gimnasios, jardines, parques y baños públicos. No tienen derecho a viajar sin estar acompañadas de un familiar masculino. Incluso para minimizar la presencia femenina en las calles del país, desde el mes pasado las tiendas en Afganistán que tengan maniquíes femeninos tendrán que exponerlos sin cabeza o con la cara cubierta.
En marzo de 2022, en el primer día de colegio en Afganistán, el gobierno provisional anunció que se prohibiría temporalmente a las mujeres mayores de 12 años cursar estudios secundarios. Las universidades también se vieron obligadas a aplicar nuevas normas, como aulas y
entradas segregadas por sexos. Las estudiantes sólo podían tener como profesorado a mujeres u hombres mayores.
Hafiz Zia Hashami, portavoz del Ministerio de Educación Superior, declaró que se había enviado oficialmente a todas las universidades la orden de prohibir inmediatamente a las mujeres estudiar en las universidades públicas y privadas de todo el país. Tras la prohibición, los talibanes también enviaron fuerzas armadas a las universidades para desalojar a las mujeres. Ese mismo día, mujeres afganas protestaron frente a las universidades con pancartas, argumentando que la educación es su derecho humano más básico.
La organización Human Rights Watch denunció la prohibición en un tuit: “esta es una vergonzosa decisión que viola el derecho de las niñas y las mujeres de Afganistán a la educación”. “Es otro movimiento muy, muy inquietante y es difícil imaginar cómo un país puede desarrollarse y abordar todos los problemas que tiene sin la participación activa de la mujer y sin educación para las mujeres”, expresó Stephane Dujarric, el portavoz de la ONU. “Hemos visto desde su toma del poder, en los últimos meses, una reducción del espacio para las mujeres, no sólo en educación, sino también en acceso a lugares públicos y su exclusión del debate público”, agregó el portavoz.
“Esta prohibición no tiene ningún fundamento religioso, cultural o logístico. Se trata no solamente de una grave violación de los derechos de las mujeres a la educación, ¡sino también de una profunda anomalía para nuestro país!”, escribió el ex ministro de Finanzas del antiguo gobierno afgano, Omar Zakhilwal en Twitter.