Javier Milei asumió la presidencia de Argentina el pasado 10 de diciembre y, así como advirtió durante su campaña como candidato a la presidencia, inició su mandato con una serie de medidas extremas para desmantelar los poderes del Estado. Asimismo, presentó su ley ómnibus, el megaproyecto que actualmente está siendo tratado en el Congreso para llegar a acuerdos.
Para nadie son ajenas sus creencias políticas que quedaron plasmadas en su controversial discurso en el Foro Económico Mundial en Davos, el pasado 18 de enero, que generó una serie de análisis críticos en el contexto internacional tanto por su comentario acerca de que ‘Occidente está en peligro’, como por arremeter, entre otras cosas, contra el feminismo, el cambio climático y la justicia social.
“En lo único que devino esta agenda del feminismo radical es en mayor intervención del Estado para entorpecer el proceso económico, darle trabajo a burócratas que no le aportan nada a la sociedad, sea en formato de ministerios de la mujer u organismos internacionales dedicados a promover esta agenda”, afirmó Milei.
Latinoamérica, Argentina en este caso, está viviendo un resurgimiento de la extrema derecha que representa un desafío para la democracia y la igualdad, porque, en su discurso se cuestiona absolutamente todo, así como los poderes del Estado, las expresiones democráticas ciudadanas, los derechos sociales conquistados por años, etc. Todo esto reaparece con una tendencia autoritaria para rechazar aquello que consideran externo a los valores tradicionales.
Latinoamérica, Argentina en este caso, está viviendo un resurgimiento de la extrema derecha que representa un desafío para la democracia y la igualdad.
Es por ello que hay una preocupación en los grupos feministas, con la comunidad LGBITQ+, los ambientalistas, pues en este total desmantelamiento del Estado y desregularización de la economía, el nuevo gobierno pretende construir una nueva identidad cultural sin tomar en cuenta cientos de avances que podrían perderse, como el derecho al aborto.
La ley ómnibus de Milei entre sus más de 664 artículos pretende privatizar las empresas estatales, elevar las penas contra los manifestantes, transformar al sistema electoral, reformar al sistema educativo, flexibilizar las normas ambientales, un drástico ajuste al sector cultural y la transformación del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad en una subsecretaría, además de la propuesta de acotar la ley Micaela (establece la capacitación obligatoria en género y violencia de género para todas las personas que se desempeñan en la función pública, en los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial de la Nación) y volver a conceptos como «violencia familiar» y «niños por nacer», entre muchos otros.