El Senado de México otorgó el pasado 11 de abril la Medalla Belisario Domínguez a Elena Poniatowska, escritora, periodista y activista francesa con nacionalidad mexicana por parte de su madre y descendiente de la nobleza polaca por parte de su padre, al ser una de las voces más destacadas de la literatura latinoamericana y contar con una larga trayectoria en el periodismo y en el activismo político.
Creado en 1954 para honrar la memoria de Belisario Domínguez Palencia, senador por el estado de Chiapas quien fue asesinado en 1913 por su oposición a la dictadura de Victoriano Huerta, la presea es uno de los reconocimientos de mayor relevancia que puede obtener una ciudadana o ciudadano mexicano por parte del gobierno, gracias a su labor cultural, social o filantrópica.
Solo nueve mujeres han obtenido este premio, pero una de ellas, la activista Rosario Ibarra de Piedra, condicionó recibir la Belisario Domínguez en 2019 hasta que fuera esclarecido el paradero de su hijo Jesús Piedra, desaparecido hace 44 años debido a la Guerra Sucia de los años 70, donde se perpetraron un centenar de desapariciones forzadas por parte del gobierno contra las bases de apoyo de la guerrilla y la población civil en general.
Entre otras personalidades destacadas que lo han recibido, se encuentran la abogada y primera mujer en ocupar la presidencia de la Cámara Alta, María Lavalle Urbina, la actriz y empresaria teatral María Teresa Montoya quien inauguró el Palacio de Bellas Artes, el pintor Rufino Tamayo, el escritor Carlos Fuentes y el poeta Jaime Sabines.
“Nueve mujeres recibieron la medalla Belisario Domínguez (…). Ahora en 2023, cuando cumplo 91 años y todavía subo la escalera de la canción que dice que para subir al cielo se necesita una escalera grande y otra chiquita, el Senado de la República me concede la enorme distinción entregada a quienes tanto he admirado. ¿Alguna vez lo imaginé? No. Los premios son una puerta que se abre de pronto, un regalo, una posibilidad de futuro y un reconocimiento al pasado para las que como yo se despiden (…). Desde 1953 escribo en un ámbito amistoso y competitivo. Si fui una joven preguntona, sigo siéndolo y todavía insisto en los porqués, para qué, cómo, cuándo, dónde”, afirma la escritora.
Entre los trabajos de Elena destacan: Hasta no verte Jesús mío, Jesusa Plancares, La noche de Tlatelolco, Nada, nadie: las voces del temblor y El tren pasa primero, entre muchos otros. Además, ha recibido una multitud de reconocimientos y premios nacionales e internacionales, como el Premio Nacional de Periodismo (1978), Premio Alfaguara de Novela (2001), Premio Nacional
de Ciencias y Artes en Lingüística y Literatura (2002) y el Premio Cervantes (2013). Ha cubierto la mayor parte de los géneros literarios: novela, cuento, poesía, ensayo, crónicas, etc.
“Hoy, después de tanta llenadera de palabras, tantas interrogantes, tantos periódicos que se amontonan, muchos recuerdos zumban como abejas y repito en voz baja que, hoy, ustedes, senadores de la República, me conceden la medalla Belisario Domínguez que recibo como una gracia inesperada para la que solo tengo una palabra, la más hermosa de todas, dos sílabas que se dejan caer y son tan frágiles como un terremoto: Gracias”, menciona Poniatowska.