Así, el libro de Inés Martín Rodrigo reivindica la realidad de la imagen de la mujer lesbiana que es plural y se aleja de los estereotipos que se han ido construyendo poco a poco hasta crear un imaginario equívoco o por lo menos, no completo. Es la invitación a descubrir e indagar tu sexualidad no normativa sin juicios propios. Según la propia autora: “este es el texto que hubiera querido leer antes de juzgarme sin conocerme”. Y es que los relatos estereotípicos donde siempre una de las lesbianas acaba muerta o cambiándose de país, encierran tintes de homofobia que, aunque sutiles, son igual de dañinos.
“Este es el texto que hubiera querido leer antes de juzgarme sin conocerme”.
Inés Martín Rodrigo
Porque si la sociedad castiga a todo lo que se escapa de la heteronormatividad, nosotras tenemos que hacer el esfuerzo por convertirnos en nuestras mejores amigas y hablarnos a nosotras mismas como ellas lo harían, desde el cariño y la comprensión, pero nunca como cómplices de un relato de odio que está tan normalizado que lo acabamos asumiendo. Inés Martín cuenta en su libro cómo, en el contexto rural de hace varios años, “la identidad de género (no binaria, lo trans, lo queer, todas las realidades LGTBIQ+) ni siquiera había empezado a nombrarse todavía y por tanto no existía, al menos en el contexto en el que yo crecí. El contexto lo es todo, nos define y condiciona, igual que lo personal (también esta historia) es siempre político, y mi contexto era ese”, relata.
Escrito en primera persona, el libro Una homosexualidad propia hace un recorrido por temas como el concepto de salir del armario, las lesbianas en el cine, los amigos gays, la palabra marimacho, recomendaciones de lecturas iniciativas o falsos axiomas que se utilizan para describir a las lesbianas deportistas. Asimismo, habla de los problemas de los millenials, una generación que no ha sido “tan castrada emocionalmente como las que la preceden, pero tampoco ha recibido la suficiente orientación al respecto, con consecuencias nefastas en muchos casos, a veces psíquicas y otras físicas”, cuenta.
Aunque el libro está destinado a mujeres lesbianas, para compartir con ellas su forma de entender el entorno, también es una lectura que resulta interesante para el resto de las personas que no forman parte del movimiento LGTBIQ+. Porque las lesbianas existimos y no nos vamos a ir a ningún lado, así que por una vez vamos a hacer que nuestra historia cuente.