El pasado mes de diciembre de 2022, Carolyn Bertozzi se convirtió en la octava mujer en recibir el Premio Nobel de Química en la historia. Un reconocimiento que no ha sido fácil, pues a lo largo de su carrera científica ha tenido que lidiar con un doble estigma: ser mujer y lesbiana. Sin embargo, ello no le ha impedido convertirse en la madre de la “química bioortogonal”, un término acuñado por ella. Bertozzi explica que ortogonal significa no interacción y bioortogonal significa que no existe interacción con la biología, es decir, las moléculas biortogonales pueden entrar al cuerpo sin alterarlo, una característica clave que podría revolucionar la investigación biomédica en enfermedades como el cáncer y encontrar otras vías más efectivas de administración de distintos medicamentos.
“En Qatar yo no merezco estar viva por ser lesbiana, aunque estoy convencida de que les encantará recibir mis fármacos contra el cáncer si enferman. Ellos estarán felices con mis resultados científicos si les ayudan a curarse de un tumor, pero yo iría al corredor de la muerte”, afirma en una entrevista para el diario El País. Carolyn, además, es una empresaria que ha fundado 11 empresas, entre las cuales está
Palleon Pharmaceuticals que, actualmente, se encuentra probando un fármaco experimental en enfermos de cáncer para ayudar al sistema inmunitario a reconocer a las células malignas y destruirlas, lo que ayudaría a cientos de pacientes con cáncer de colon, páncreas, ovarios, piel o pulmón.