8 de marzo: hablamos como si fuera imposible separarnos
¿Cómo definirías la igualdad y el feminismo?
Para mí igualdad es feminismo, y feminismo es igualdad. No son dos cosas diferentes. Es más, feminismo es un concepto tan amplío que abarca igualdad entre géneros, pero también entre razas, etnias, orientaciones sexuales… no tiene fronteras. Cualquier persona que se considere feminista también estará en contra del racismo, de la homofobia, de la xenofobia. Feminismo es respeto, tolerancia y aceptación.
¿De qué manera has experimentado el machismo, la desigual o la discriminación?
De manera externa con situaciones cotidianas que pueden parecer “normales” pero que distan mucho de la normalidad, sobre todo con micromachismos. Recuerdo leer en mi adolescencia, con 13 o 14 años, el libro El diario violeta de Carlota y cambiar mi visión de mi alrededor. Podría decir que fue mi primer contacto directo con el feminismo, aunque creo que de manera indirecta siempre ha estado en mí, pero dormido hasta ese momento. Desde hace unos años se habla mucho más de feminismo, y todo el mundo sabe lo que es. Yo tengo 27 años, pero sí que he notado ese cambio.
¿Qué cambios le gustaría ver para la mejora de la situación de todas las mujeres?
Sin lugar a dudas alcanzar la paridad, sobre todo en los altos cargos directivos. Un 50/50 real y fácil, es decir, que no nos lo pongan tan difícil para llegar a ser CEOs, directoras, consejeras… Y si no se puede alcanzar y no podemos llegar a romper ese techo de cristal que al menos no sea por cuestiones de género si no por cuestiones académicas, de conocimientos o de habilidades.
Una mujer de tu entorno o de la sociedad que haya sido fundamental para ti.
Mi madre. Desde pequeña me ha ido dejando píldoras por el camino en las conversaciones y en todo lo que me ha enseñado. A ser independiente económicamente. A ser libre. A no aguantar ninguna situación que no me haga feliz. En definitiva, ha tener una habitación propia. Siempre decimos que en mi casa existe un matriarcado.
¿Cómo definirías la igualdad y el feminismo?
Para mí, la igualdad significa que no estamos limitados por el masculinismo o feminismo, es decir, cada persona debería ser vista como individuo, en lugar de ser definida por un rol o identidad particular. Todas las personas tienen igualdad de derechos y oportunidades sin restricciones por motivos de género, raza, religión, clase social u otros factores en sociedad, política y economía. También tenemos que reconocer las diferencias biológicas entre hombres y mujeres, las mujeres sufren el dolor de la menstruación y el parto, que los hombres nunca experimentan. En ese sentido, necesitamos comprensión de los hombres y de la sociedad.
¿De qué manera has experimentado el machismo, la desigualdad o la discriminación?
Debido a la arraigada idea de que los hombres se ocupan de los asuntos fuera de casa y las mujeres se ocupan de los asuntos dentro del hogar, hoy en día, las mujeres además de trabajar fuera de casa deben encargarse de cuidar a los hijos, hacer las tareas del hogar y asumir una doble carga de trabajo, mientras que la expectativa social para los hombres los exime naturalmente de cualquier trabajo doméstico. Esto es muy injusto para las mujeres, que todavía sufren la explotación y la desigualdad del machismo.
¿Qué cambios le gustaría ver para la mejora de la situación de todas las mujeres?
Espero que cada vez más mujeres puedan acceder a la educación superior ya que esto les permitirá participar activamente en la esfera pública, ejercer cargos de liderazgo, competir en igualdad de condiciones con los hombres y luchar por la igualdad de derechos de todas las mujeres.
Una mujer de tu entorno o de la sociedad que ha sido fundamental para ti.
Fue mi abuela. Ella nació en una época turbulenta y no tuvo la oportunidad de recibir educación formal. Sin embargo, ella siempre creyó que las mujeres podían hacer lo mismo que los hombres. Su actitud ante la vida y su independencia me han
influenciado profundamente.
¿Cómo definirías la igualdad y el feminismo?
Igualdad es encontrar el valor equivalente entre un hombre y una mujer, sin importar sus obvias diferencias físicas o diferencias de roles (por ejemplo, mamá vs papá, ama de casa vs empleado o quién gana más dinero). El feminismo es encontrar ese valor de equidad dentro de ti (por la sociedad y nuestra educación ni nosotras nos damos el papel que nos merecemos) y, después, enseñar a las nuevas generaciones sobre cómo ambos géneros valemos por igual. Un ejemplo clásico desde el cual comienza nuestra perspectiva a cambiar es pensar que Jesús fue un parteaguas para el mundo, pero de igual manera lo fue María.
¿De qué manera has experimentado el machismo, la desigual o la discriminación?
Increíblemente, las personas más machistas que conozco son mujeres que defienden el valor de sus hijos por encima de su nuera, pues consideran que porque así fueron tratadas y educadas es el modo como deben comportarse las siguientes generaciones de mujeres.
¿Qué cambios te gustaría ver para mejorar la situación de todas las mujeres?
El #metoo, Black Lives Matter y otros movimientos (como body positivity). Nos enseñaron a las mujeres que no tenemos por qué adaptarnos a la norma y que merecía la pena luchar por ideales de igualdad más altos (subir la barra y reinventar las reglas), en lugar de adaptarnos a conceptos preestablecidos, así como crear nuevos paradigmas. Seguimos lejos, pero hacia allá quisiera ver el feminismo. Aventurarnos a imaginar un mundo donde desde niñas o adolescentes tengamos una materia obligatoria como el civismo y, dentro de esta, un módulo completo de igualdad de género, con literatura obligatoria. Me parece imprescindible y necesario para lograr nuestros objetivos a largo plazo, ya que se necesitan estas generaciones para cambiar la educación de las nuevas generaciones.
Una mujer de tu entorno o de la sociedad que ha sido fundamental para ti.
Evidentemente, la primera y más importante mujer es mi mamá. A quien le debo mi perspectiva del mundo, pues ella hacía que su palabra tuviera peso en casa y tenía ideas “progresistas” que en su época asustaban. Recuerdo tardes en las que mi mamá trabajaba desde el hogar y yo la veía disfrutar de lo que hacía (contabilidad). Después, la vi luchar por pequeñas batallas que parecen insignificantes, pero que tienen que ver con la carga mental que las mujeres llevamos por el hecho de que parece que mamá nunca se debe tomar vacaciones. Mi mamá tomó vacaciones sola con sus amigas o sus hermanas. Así recuerdo a mi mamá, valiente, segura y siempre con mentalidad positiva, viendo hacia adelante. Hasta la fecha es quien impulsa los proyectos en su casa, incluyendo mudarse a países diferentes. Siempre de la mano, no delante ni detrás de mi papá.
¿Cómo definirías la igualdad y el feminismo?
Para mí, el feminismo y la igualdad es lo mismo. El feminismo es igualdad y la igualdad es diversa, la igualdad es para todas, todos y todes. Tengo una frase que reivindico siempre: “No podemos hablar de feminismo sin reconocer la lucha histórica y el aporte de las mujeres negras”. Aprovecho para manifestar la tristeza que me dio a mí, por lo que se mostró en las redes sociales, en la televisión del 8M. Todas las fotos, videos, foros que yo vi de las marchas en España eran con mujeres blancas, españolas. El feminismo tiene que tener una mirada transversal, tenemos que estar todas, todos y todes reflejadas. Y, no estoy haciendo apartheid, por el contrario, estoy diciendo que todas las voces de las mujeres se tienen que escuchar. Cuando me sitúo acá en España, me sitúó en el país donde tengo nacionalidad. El feminismo tiene que ser transversal, transgeneracional y diverso.
¿De qué manera has experimentado el machismo, la desigualdad o la discriminación?
Aquí de todas las maneras. Hay racismo cuando no se refleja la diversidad de todas las mujeres y cuando no se escucha sino la voz de una, y cuando se dice es que “Ella habla por todas”. No, porque nosotras también tenemos singularidades y particularidades. Miremos el micromachismo: los señores que se sientan en el metro con las piernas abiertas y nos obligan a nosotras a ir como recogiditas. Tenemos que compartir un espacio y, ellos, tienen que adecuarse al espacio compartido. Somos iguales, vale, compartamos el espacio. También, cuando a mí me dicen “Tú eres mujer, tú no eres capaz”, o cuando estamos en una conversación, entre amigos, y me dicen “Ay no, calla”, o sea, calla que es mi voz. Aunque no lo diga con esas palabras, es el gesto, es la actitud. Hemos avanzado, pero nos falta mucho camino y nos estamos devolviendo porque no estamos educando a las niñas y niños en igualdad.
Qué cambios te gustaría ver para mejorar la situación de todas las mujeres?
Me gustaría que los cambios empezaran por la educación en colegios, en escuelas. Que se hable de diversidad, inclusión, igualdad. Que se hable y se respete a las grandes mujeres que han cambiado la historia del mundo y que han sido siempre ignoradas en la academia, en los medios de comunicación. Y, que desde los hogares no se le enseñen roles a la niñez. Que los niños puedan lavar los platos, tender su cama y puedan jugar con muñecas. Y, que las niñas puedan jugar al fútbol, practicar boxeo. Si quieren. Que no haya estereotipos de género.
Una mujer de tu entorno o de la sociedad que haya sido fundamental para ti.
Mi madre. Mi madre era una mujer iletrada: no sabía leer, ni escribir. La perdí el año pasado. Aunque ya no trabajaba físicamente por su edad y porque ya no se lo permitíamos, sí trabajaba intelectualmente, haciéndonos pensar e inculcándonos hacer mejores personas. Yo sí tuve una maravillosa referente: como mujer, como mujer negra, como mujer trabajadora y como mujer libre pensadora.
¿Cómo definirías la igualdad y el feminismo?
Personalmente me parecen términos que están íntimamente relacionados y creo que las diferencias se dan en la práctica. A mi parecer, la igualdad es un valor moral en contraposición a una discriminación y por el cual a todas las personas sin distinción se nos reconocen unos derechos y unas obligaciones. Sin embargo, el feminismo es una filosofía de vida que nos influye en el plano político, social, cultural, laboral, familiar y en cualquier espacio de una persona. Creo que la igualdad está relacionada al reconocimiento de unos derechos y el feminismo va mucho más allá, debe ser la base en la que nos relacionemos como sociedad.
¿De qué manera has experimentado el machismo, la desigualdad o la discriminación?
En mi infancia recuerdo las tardes en mi pueblo jugando con mis primos, todos varones. Durante aquella época me trataban “como uno más”: corría, me peleaba y jugaba como los demás. La primera discriminación que recuerdo está relacionada con mi físico (básicamente cuando me crecieron las tetas), cuando comencé a experimentar los cambios hormonales que trae consigo la adolescencia. Ahí ese “como uno más” se convitió en “es que eres una chica”. He sentido el machismo sobre todo jugando al fútbol. He escuchado todo tipo de comentarios degradantes de fuentes diferentes: rivales, entrenadores, padres y, aunque menos numerosos, también las madres, cuyos comentarios herían el doble. Supongo que es porque mi palabra favorita es la sororidad.
¿Qué cambios te gustaría ver para la mejora de la situación de todas las mujeres?
Pienso que el primer paso es crear una conciencia crítica y una sociedad más empática. Hemos comenzado a transformar y mejorar la sociedad para algunas mujeres y aunque nos hemos olvidado de aquellos tiempos en los que se nos decía que las mujeres solo valíamos para servir a los hombres (padres, hermanos y/o maridos) y para criar descendientes (si son varones mejor), no en todas las sociedades es efectivo ese cambio, o siquiera imaginable. Queda mucho trabajo por hacer transformando el papel de las mujeres en el plano familiar, laboral, cultural, social y político. Para mí la empatía y la educación son básicas para el progreso.
Una mujer de tu entorno o de la sociedad que haya sido fundamental para ti.
No creo que pueda señalar a una única mujer que me haya servido de modelo inspiracional en todos los ámbitos de mi vida. Me vienen a la cabeza muchas mujeres que han sido claves en diferentes momentos, o cuyas virtudes me han motivado para mejorar. Me agrada saber que cada vez existen más espacios y medios para conocer diferentes mujeres y que sean referentes. Debemos dar más visibilidad a las mujeres en los espacios públicos que el patriarcado nos había prohibido: en los medios de comunicación, en las ciencias, el deporte, la cultura, la política y un largo etceétera.
¿Cómo definirías la igualdad y el feminismo?
La igualdad de género la defino como el acceso de todas las personas a los derechos, reconociendo sus especificidades o necesidades como grupo.
¿De qué manera has experimentado el machismo, la desigualdad o la discriminación?
La desigualdad se percibe en todas las estructuras y relaciones. Es una estructura de poder que está presente en las relaciones de pareja, familiares, sociales, en la educación, las tareas que se asumen, en las decisiones de vida, profesionales. Afecta de manera permanente a nuestras vidas.
¿Qué cambios te gustaría ver para la mejora de la situación de todas las mujeres?
Una sociedad con justicia social y de género. Que los hombres asuman el cambio, cuestionen sus privilegios y relaciones de poder.
Una mujer de tu entorno o de la sociedad que haya sido fundamental para ti.
Mi abuela es un ejemplo para mí de transgresión y fortaleza. Tiene 95 años. Y es una persona con mucha dignidad y conectada a los cambios, a la crítica social y a su tiempo.